miércoles, 25 de febrero de 2009

EN DEUDA CON LA AFICION

Me he puesto a pensar un título para encabezar este artículo y me ha venido a la mente el que se puede ver. Mi primera intención, era hablar sobre el tremendo espectáculo vivido este pasado fin de semana en Madrid, por motivo de la celebración de la Copa del Rey de baloncesto y la deuda que el Cebé tiene con la afición nazarí por no haber podido acudir a dicha cita en estas últimas temporadas que tan cerca se ha estado de lograrlo.


Sin embargo, al plasmar el titulo, me he dado cuenta de que en realidad, este, sirve para describir fielmente, la situación del balompié de nuestra querida ciudad. En realidad, creo que todos los equipos profesionales, están en deuda con su afición mas fiel, que en mayor o menor afluencia e indistintamente de la categoría que el club atesore en cada momento, siguen acudiendo al estadio y sacándose sus abonos o carnets.


Pero finalmente, voy a seguir con la primera idea y, muy a mi pesar y con cierta envidia, relataré lo que me ha llevado a dicho encabezado.


La Copa es una fiesta, donde conviven aficiones y se disfruta de un espectáculo sin igual, con mucha calidad dentro de la pista a dosis concentradas. Cuatro días frenéticos para todos, jugadores, técnicos, organizadores, aficionados, ojeadores, representantes y un largo etc. Todo sucede a una velocidad vertiginosa en la que si te despistas un segundo o pestañeas, te pierdes media vida. La emoción está asegurada. Espectáculo y baloncesto, en mayúsculas, de muchos kilates.


Granada y los granadinos, merecemos vivir cuatro días así. Esperemos que algún año nos den esa alegría, seguro que la afición responderá y podrá demostrar a toda España que está entre las mejores de nuestro país.


Lo vivido en Madrid este fin de semana, es un claro ejemplo de que en el deporte no hay nada escrito. El Estudiantes, equipo que ha andado arrastrándose por las canchas de toda España, llega y se planta en semifinales y pone contra las cuerdas a un Unicaja que nadie esperaba que diera la cara del modo en que lo hizo en la final ante el intratable TAU. El Real Madrid, que venia de derrotar precisamente a los vascos en la jornada de liga que precedió a la disputa copera, se atasca ante Juan Carlos Navarro y sus bombas de 6´25. Después, ni Navarro ni ningún azulgrana, pudo frenar a la apisonadora vitoriana. Y la final que enfrentaba a un conjunto malagueño que llegó a ella a trompicones y que casi logra la hazaña, merecidamente. Esto señores… es baloncesto puro, sin la parafernalia americana que, a mi personalmente, no me agrada.


El espectáculo en la pista y a manos de los jugadores, para los demás , palomitas, refrescos y a disfrutar.