Año 1986, mientras ojeaba los datos de la jornada deportiva
en la sección de “otros deportes” me llamó la atención un nombre, Oximesa
Granada. “¡Anda! ¡Un equipo granadino en la Primera B!, que así se llamaba por
aquel entonces la división de plata del básquet español. Fue difícil
encontrarlo, ya que el periódico que ojeaba cada semana era “El Periódico de
Cataluña” ya que vivía en Barcelona.
Desde aquel momento ya no dejé de seguir a aquel equipo de
mi deporte favorito. Además estaba en una posición privilegiada en la tabla,
era una de las candidaturas al ascenso a la División de Honor, lo que al año
siguiente se llamó “Liga ACB”.
Indagué por aquí y por allá, encontré varios reportajes
sobre Jose Antonio Murado, mecenas del baloncesto en Granada, comencé a comprar
una revista que recién iniciaba sus pasos, Gigantes del Básquet. Superada la
decena de semanas de vida, sobre la decimosegunda o decimotercera, hicieron un
amplio reportaje sobre el americano del conjunto granadino, Larry Spicer se
llamaba. Murado venía a decir que les había tocado la lotería con él. Cobraba
seis millones al año…de las antiguas pesetas (36.000 euros) La figura del
equipo, la afición y la figura de la hinchada, un tal Carlos (Charly) Cabezas,
¿os suena?
Los máximos rivales
de Oximesa eran Caja Canarias del temible Phillips y Caja Bilbao. El cuarto en
discordia vendría a ser el Caja de Ronda (actual Unicaja)al que los granadinos
privaron del ascenso al imponerse en lo que ahora se conoce como Martin
Carpena, antiguamente, Ciudad Jardín de Málaga.
Pude enterarme de que en temporadas anteriores, Oximesa
había tenido unos andares turbios con problemas de entrenadores, jugadores etc.,
pero su historial deportivo era espectacular. El CD Oximesa, fue creado en el
año 1979 y en apenas 8 temporadas, conseguía alcanzar lo máximo a nivel
nacional.
Desde el diario deportivo catalán Mundo Deportivo, Oximesa
era premiado con el galardón a la promoción del deporte, premios otorgados por
el diario catalán a nivel nacional. Este hecho lo consiguió en dos ocasiones.
Murado se convirtió para mí en un “tío grande”, por cierto,
nacido en Barcelona.
Este proyecto murió, pero no se puede decir que de la misma
forma que ahora parece sucumbir el CB Granada. Aquel equipo, tras varias
uniones, transformaciones o fusiones, derivó en lo que hoy se conoce como Club
Baloncesto Granada. Los papeles dirán misa, que si la plaza se la compraron a
Salamanca, que si el registro de la propiedad mercantil reza que el club nació
en 1994, pamplinas, lo cierto es que todo aquel aficionado que reventaba el
vetusto pabellón de Albolote, se trasladó a la capital y adoptó como propios
los colores y el escudo de su remozado equipo, el equipo de su ciudad.