No dejo de pensar en la euforia que existe en Granada alrededor del club histórico de futbol. No acabo de posicionarme con una opinión clara, sobre si es bueno o malo que exista ese tufillo en nuestra ciudad, de que se va a pelear en la próxima temporada por un puesto de ascenso. Se habla de fichajes contrastados, de presupuestos altísimos y de metas mayores. Señores, somos un club recién ascendido y la prudencia debería de ser nuestro latiguillo permanente.
Por otro lado, el tener a Pina y Cordero al frente de las decisiones deportivas, supone un plus de energía para una hinchada con hambre de triunfos importantes. De manera que la euforia está justificada, sin embargo, en mi modesta opinión acompañada de mi ser intrínsico por antonomasia, me hacen decantarme por la humildad por bandera.
El dirigente murciano, ya ha demostrado que puede triunfar con equipos como el Ciudad de Murcia, que conoce el mundillo futbolístico como el que mas y que dispone de un aliado italiano que le surte de jugadores a tutti plen. De igual modo y remontándonos al club murciano que fundó el mismo, no debemos olvidar que en dos campañas consecutivas se quedó a las puertas del ascenso y que el fugaz Granada 74 SAD, descendió con el señor Cordero avalando los fichajes que aquel equipo realizó.
Se que no son situaciones comparables, pero nunca se sabe si para bien o para mal, así es la grandeza del deporte rey en nuestro país.
El pensamiento es libre y siempre ha de ser así, aunque yo no me cansaré de llevar con orgullo, una piel de cordero aunque por dentro me sienta un lobo feroz. De puertas para adentro, prudencia y mas aun de puertas para afuera.
En definitiva, que el aficionado se ilusione lo justo, que las celebraciones se den por finalizadas y a no dejar por nuestra parte, un solo aliento de apoyo por dar al Granada CF en la temporada del regreso a la liga profesional española.
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