El Granada CF vio truncada su racha de buenos resultados el pasado fin de semana. Fue sin duda, una derrota inmerecida, pero el fútbol es así. Podríamos decir que este descalabro es la compensación al triunfo obtenido en Guadalajara, cuando la escuadra rojiblanca tuvo mas fortuna que la local y terminó por llevarse tres puntos para la capital nazarí, diríamos que no del todo merecidos. En este deporte, basta con meter un gol mas que el rival, el juego desarrollado para conseguirlo es lo de menos. Una de cal y otra de arena. La tranquilidad que debemos tener los seguidores habituales del histórico, es que jugando como este domingo, muy pronto estaremos mas arriba en la clasificación e incluso puede que aun se esté a tiempo de pelear por los puestos que dan opción a meterse en las eliminatorias de ascenso. Lo que si está claro es que no debemos de pasar apuros para salvar la categoría con solvencia y esperar nuevas temporadas para logros mayores.
Un servidor, que no cree en la suerte, ni la mala ni la buena, es mucho mas optimista que la gran mayoría de mis paisanos con respecto al futuro de la entidad de Recogidas 35. Demasiado dramatismo y victimismo es lo que veo alrededor de la Alhambra últimamente. Parece como si la vida nos fuera en ello. Las cosas importantes en la vida son otras. Un equipo de futbol es algo demasiado banal como para andar peleándose con todo lo que se mueva, pegando palos muy duros –demasiado- a todo aquel que no piense de la misma manera que uno mismo. La cordura brilla por su ausencia -allá cada cual-.
Por lo que respecta al CB Granada, mas que una mala tarde, lo que tuvieron los pupilos de Trifón Poch e incluso él mismo, fue una mañana negra (la verdad es que ya son demasiadas malas tardes). Esperemos que se retome el rumbo y que la imagen ofrecida por los jugadores granadinos en la Liga ACB, sea radicalmente opuesta en la segunda vuelta del campeonato, por que de lo contrario, esta, se me antoja dramática para los intereses del aficionado rojiverde.
Algo pasa en el interior del Palacio de los Deportes que a los que estamos fuera se nos escapa. No es normal la ausencia de Carlos Cherry en la primera parte del partido contra Estudiantes, ni el olvido que parece tener el técnico cordobés de Nacho Martín. No se soluciona el problema de las perdidas tontas, el alocamiento que persigue a Jasen, tampoco hay jugadas alternativas al tiro desde la línea de tres puntos, ni fluidez en ataque con el movimiento rápido del balón. A nuestros jugadores parece que se les ha olvidado algo… ¡jugar a baloncesto!. El MMT no hizo nada de nada, demostró por que está donde está y seguramente hará el ridículo en la Copa del Rey, pero es que el Cebé aun hizo menos y desde luego, por lo visto este pasado fin de semana, ni por asomo nos merecíamos estar en la competición copera.
Señor José Julián, averigüe que está pasando en ese vestuario, todavía hay tiempo de enmienda, mañana, quizás sea tarde.
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